domingo, 15 de mayo de 2011

...de alquiler.

Que lástima de vida vacía, que pena de no saber como darte a los demás. Sólo sabes alquilar tu interés a tiempo parcial, por temporadas según tu nivel de hastío. Primero alabas las vistas y te recreas en los espacios llenos de LUZ,te pones cómodo y dejas aquí y allá recuerdos por las paredes, planeas reformas y lo impregnas todo con tu presencia,hasta que de golpe te apetece cambiar y ya no te importa dejar lo creado en abandono. Recojes tus cosas y mandas tus sentimientos a mudar, de casa, de  piel. No dejas escrita referencia ninguna en donde reclamar los desperfectos, no queda nada más que vacío y pelusas. Cierras la puerta, cancelas el contrato y no miras hacia atrás, no te percatas de que te dejas mucho olvidado. Aquí se quedaron las inmensas conversaciones, el humor absurdo, la complicidad, dejaste los lugares por ver, las cosas por hacer, las palabras por decir y todo lo que de repente te pesó demasiado en tu equipaje. Aqui atrás dejaste el dolor, porque tampoco lo querias llevar contigo. Se quedo todo tan hueco que acabó por derrumbarse, no quedaban razones que mantuviesen en pie los muros de su cordura. Ya no quedan vistas, ni luz, ni presencias. Aqui sólo quedé yo

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